Pozas de hielo de Ginebreda (Castellterçol, el Moianès)

Hasta unas sesenta pozas se han documentado en el Moianès. Las que te proponemos visitar se encuentran en Castellterçol y se conocen como las pozas de hielo de Ginebreda. Son cuatro pozos anexos sin estar conectados, un hecho excepcional en el arco mediterráneo. Una de ellas es visitable y sirve para explicar la gran importancia que tuvo la industria del hielo en el Moianès a partir del siglo XVII. Aprovechando los nuevos usos de la alimentación, una época de especial enfriamiento climático en toda Europa Occidental y la proximidad del Moianès con Barcelona, la comarca encontró una nueva forma de generar ingresos. Durante el invierno producían hielo de alta calidad con agua limpia que almacenaban en las pozas y en verano lo bajaban con burros a Barcelona. De toda la carga, la mitad se deshacía por el camino, pero aún y así seguía siendo un negocio rentable.

Sant Cugat del Racó (Navàs, el Bages)

Mientras conduces por una de esas carreteras secundarias del Bages que enamoran, presta atención. Se asoma el campanario de Sant Cugat del Racó, invitandóte a hacer una visita. Es uno de esos pequeños núcleos que conserva un gran tesoro. Esta iglesia románica es singular por su cimborrio circular que se levanta sobre el creer y por ser de planta de cruz griega, un hecho excepcional. Se encuentra junto a otras casas diseminadas y un montón de campos y es un rincón ideal para parar a descansar mientras se admira esta joya arquitectónica.

Monasterio de Sant Jeroni de la Murtra (Badalona)

Ya dentro del parque de la Serralada de Marina, este pequeño monasterio es un reducto de tranquilidad junto a la ciudad de Badalona. Entrar es como adentrarse en otro mundo en el que el ruido y el trasiego del día a día desaparecen. Conserva un claustro modesto pero muy acogedor. Te recomendamos perderte un rato y observar todos los detalles que explican la historia de esta joya patrimonial desconocida. En el centro de las bóvedas de cada galería verás san Jerónimo, san Jorge y los reyes católicos; y en las paredes, hay esculpidos los escudos de las familias mecenas que ayudaron a financiar el monasterio durante la edad medieval. Otra curiosidad: ¿sabías que se cree que fue aquí donde Colón anunció el descubrimiento de América? Los reyes católicos pasaron largas temporadas y colaboraron en su construcción. De hecho, vivían en el monasterio el año 1492 y por eso existe esa creencia. 

Safareig de la Portalera (Caldes de Montbui, el Vallès Oriental)

Llegar al Safareig (lavadero) de la Portalera es teletransportarte a principios del siglo pasado e imaginarlo lleno de mujeres lavando. Pero más allá de eso, este rincón de Caldes de Montbui, es un sitio que transmite tranquilidad. El sonido del agua brollando, las vistas a las huertas, el vaho que emana el agua termal y el reflejo de la doble escalera en el lavadero crean un ambiente casi místico. Pero lo que más sorprende es que es un lugar que sigue vivo, es decir, ¡dónde todavía se lava! Van mujeres de Caldes de cierta edad, pero también de más jóvenes, y mujeres de otras culturas que lavar a mano les recuerda a sus países de origen. Un lugar en el que se sigue chafardeando y ahora, también, un lugar de intercambio cultural. En definitiva, ¡una pequeña gran joya que no puedes dejar de conocer! 

Puente medieval de Sant Martí de Albars (Osona)

Una carretera muy poco transitada te llevará hasta el núcleo rural de Beulaigua y, después, al maravilloso pueblo de Sant Martí de Albars, que conserva un magnífico puente medieval que cruza la riera de la Gavarresa. Con 25 metros de largo y un macizo pilar central y dos ojos, era el paso de la Gavarresa del camino que antiguamente llevaba de Sant Martí a Perafita, en el Lluçanès. No dejes de atravesarlo, pisarás un pavimento adoquinado con siglos de historia en el que todavía se pueden observar las trazas del desgaste de la piedra debido al paso continuo de los carruajes.

Nau Gaudí (Mataró, el Maresme)

Si quieres ver la que se considera la primera obra del famoso arquitecto modernista, Antoni Gaudí, debes ir a Mataró. La Nau Gaudí es el único testimonio que queda del ambicioso proyecto de la Sociedad Cooperativa La Obrera Mataronense, ideado entre 1878 y 1883. Una de las cosas que más impresionan del edificio son los arcos parabólicos, que de forma experimental, utilizó por primera vez como elementos estructurales. Un tipo de construcción que con el tiempo se convirtió en un elemento clave y muy representativo de la obra gaudiniana. El edificio que es Bien Cultural de Interés Nacional y que se puede visitar cada primer domingo de mes a las 12 h. Se trata de una visita guiada, gratuita y que se puede realizar sin reserva previa.

Seu d’Ègara de Terrassa (Vallès Occidental)

Las iglesias de Santa Maria, Sant Miquel y Sant Pere conforman un conjunto monumental único en Europa. Con más de 1.500 años de historia, la Seu d'Ègara es el único ejemplo visigodo (siglos V-VIII) en la Europa Occidental que conserva decoración pictórica. Desde fuera, el conjunto te impresionará, pero cuando entres, te dejará sin palabras. En un único espacio conviven elementos romanos, visigodos, románicos y modernos. Una auténtica joya que ha iniciado la carrera por convertirse en Patrimonio Mundial de la UNESCO. Por el momento, ha superado el primer paso y ya aparece en la lista indicativa.